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La Reserva de la Biosfera Jaragua Bahoruco
Enriquillo
La Reserva está
ubicada en el suroeste de la República Dominicana, en la denominada
Región Enriquillo. Posee un área total de 4,858 km² que incluye de
zonas núcleo de 3,184 km² y 900 km² de áreas marinas. Las zonas
núcleo son los Parques Nacionales:
Jaragua (establecido en 1983),
Sierra de Bahoruco y Lago Enriquillo e Isla Cabritos (establecidos
en 1974). Después de la declaración de la Reserva, se crearon por
decreto presidencial dos áreas protegidas que incluyen terrenos
dentro de la Reserva: la Reserva Biológica Loma Charco Azul (zona
conocida como La Placa) y el Parque Nacional La Gran Sabana.
Para 2002, la
población humana de la Reserva ascendió a cerca de 80,000
habitantes.
Los principales centros poblados dentro de la Reserva son Duvergé
(12,053 habitantes), Pedernales (10,339), Villa Jaragua (9,353) y La
Descubierta (5,039).
La
Reserva fue oficialmente designada por la Organización de las
Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO)
como Reserva de la Biosfera en el año 2002. La propuesta para dicha
designación fue elaborada por personal de la Secretaría de Estado de
Medio Ambiente y Recursos Naturales (hoy Ministerio de Medio
Ambiente y Recursos Naturales) y del Grupo Jaragua. La misma fue
sometida a la UNESCO por el gobierno (Secretaría de Estado de Medio
Ambiente y Recursos Naturales y Secretaría de Estado de Cultura); la
Diócesis de la Iglesia Católica de Barahona; dos miembros del Comité
Hombre y Biosfera Dominicano (MaB Dominicano); y la organizaciones
no gubernamentales: LEMBA, la Sociedad Ecológica de Barahona, el
Centro de Investigación y Educación Popular, Visión Mundial y la
Fundación para el Desarrollo del Sur (FUNDASUR).
Valor
de la biodiversidad en la Reserva
En
la Reserva se encuentra una importantísima representación de los
ecosistemas naturales del país, así como un gran número de especies
amenazadas, muchas de ellas endémicas regionales. Incluye
ecosistemas únicos, tales como islas, extensos hábitats
costero-marinos, humedales extraordinarios, y singulares bosques
secos, bosques latifoliados y pinares. Contiene el lago más grande
del Caribe (de unos 330 km2)
y su gradiente de altura va desde 40 metros bajo el nivel del mar
(en el Lago Enriquillo) hasta 2,367 metros sobre el nivel del mar
(en la Loma del Toro de la Sierra de Bahoruco).
La
Reserva posee una importante diversidad de plantas, muchas de ellas
endémicas de la isla e incluyendo géneros monotípicos (que sólo
tienen una especie), tales como Arcoa gonavensis (tamarindo
cimarrón) y Pedinopetalum domingense. Muchas de las plantas
de la Reserva tienen rangos de distribución muy restringidos al sur
de la isla o incluso la Reserva misma. Tal es el caso de la
canelilla de Jaragua (Pimenta haitiensis), Tabebuia
crispiflora, sólo conocida de una localidad de la Sierra de
Bahoruco. Destacan también algunas palmas endémicas como el cacheo
de Oviedo (Pseudophoenix ekmanii), endémica del Parque
Jaragua, el cacheo del sur Pseudophoenix vinífera, el guanito
de Cabo Rojo (Coccothrinax ekmanii) y el guanito de la Sierra
de Bahoruco (Coccothrinax scoparia). En sus humedales se
encuentra una importante representación de las cuatro especies de
mangle, especialmente del mangle botón (Conocarpus erectus);
sus pinares de montaña contienen una de las principales poblaciones
del pino endémico (Pinus occidentalis) y la sabina (Juniperus
gracilior), también endémica. Además, la Reserva
presenta la más alta densidad de especies de cactáceas de la isla La
Española, incluyendo algunas especies endémicas regionales, tales
como el caguey (Dendrocereus undulosus), melón espinoso (Melocactus
intortus ssp. pedernalensis) y Pereskia aculeata.
Igualmente, la Reserva alberga una diversidad de insectos y otros
invertebrados terrestres, poco conocida, pero de gran importancia
para el mantenimiento de aves y muchos otras especies de
vertebrados, ya que constituyen una fuente primordial de alimento
para muchos de ellos. También juegan un papel importantísimo en
estos ecosistemas como recicladores de la materia orgánica muerta,
tanto de origen vegetal como animal que a diario se acumula en los
bosques. Algunos constituyen bioindicadores del estado de
conservación y de humanización de los ecosistemas; otros
invertebrados son polinizadores de la flora, y en general conforman
parte de un patrimonio genético que debe ser preservado para futuros
estudios, en la búsqueda de beneficio del ser humano.
Los
anfibios encuentran allí una alta diversidad, quizás la mayor de la
República Dominicana, destacándose la presencia de las ranitas
críticamente amenazadas tales como
la ranita patas rojas de Bahoruco
(Eleutherodactylus rufifemoralis),
la ranita de patas
rojas de La Selle (Eleutherodactylus
furcyensis), la ranita
de las bromelias (Eleutherodactylus fowleri), la ranita verde
espinosa (Eleutherodactylus nortoni) y la ranita pastel del
sur (Eleutherodactylus leoncei). Todas estas ranitas están
consideradas críticamente amenazadas, de acuerdo a la Unión
Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
También está reportada la presencia de especies de reptiles de gran
importancia para la conservación. Estos incluyen las tortugas
marinas: carey (Eretmochelys imbricata), tinglar (Dermochelys
coriacea) y la tortuga verde (Chelonia mydas), las cuales
anidan en sus playas y dos de ellas (carey y verde) también se
encuentran en abundancia en áreas de forrajeo de su zona costero
marina. Otra especie destacada entre los reptiles de la Reserva es
la iguana de Ricord (Cyclura ricordi), cuyas únicas
poblaciones naturales sobreviven dentro de la Reserva. Dicha iguana
convive en la Reserva junto a otra especie de iguana de las rocas,
la iguana rinoceronte (Cyclura cornuta), que aunque tiene una
distribución más amplia en la isla, en la Reserva presenta sus
poblaciones mejor conservadas. También, la Reserva comprende toda la
distribución conocida de la culebra corredora (Haitiophis
anomalus), especie de colúbrido más grande de La Española, y de
la salamanquejita de Jaragua (Sphaerodactylus ariasae),
vertebrado amniota más pequeño del mundo.
También, cabe destacar que en la zona marina del Parque Nacional
Jaragua se encuentra la mayor población de invertebrados marinos
amenazados como el lambí (Strombus gigas) y la langosta
espinosa (Panulirus argus), ambas especies son consideradas
las principales en la economía pesquera de la zona.
Igualmente, la Reserva
posee una
significativa diversidad de peces de agua dulce y salina, incluyendo
el pez titaco más grande conocido en el mundo (Cyprinodon
nichollsi), endémico de la Laguna de Oviedo
y algunas especies endémicas muy restringidas, como el pecílido
Limia sulphurophila,
o Limia de La Azufrada.
En
cuanto a avifauna, en la Reserva vive la gran mayoría de las
especies de aves endémicas presentes en La Española. Provee además
hábitats imprescindibles para la sobrevivencia de la cúa (Coccyzus
rufigularis) y el diablotín (Pterodroma hasitata), así
como para la carismática cotorra de La Española (Amazona
ventralis), la cual anida en sus bosques cada año. Se cree que
posiblemente La Reserva alberga posiblemente los mayores bancos o
agregaciones reproductivas de la paloma coronita (Patagioenas
leucocephala) en todo el Caribe Insular. Las aves migratorias
como el zorzal de Bicknell (Catharus bicknelli) y una amplia
variedad de cigüitas del frío dependen de la Sierra de Bahoruco,
para su supervivencia. La zona costera de la Reserva es además un
lugar muy importante para el anidamiento de colonias de o gaviotas o
bubíes tales como la gaviota oscura (Onychoprion fuscatus),
cuyas colonias de anidamiento mayores para el Caribe se han
reportado para la isla Alto Velo, en el Parque Nacional Jaragua.
Por
último, no podemos dejar de mencionar el papel clave de la Reserva
en la preservación de nuestros dos mamíferos terrestres endémicos:
el solenodonte (Solenodon paradoxus) y la jutía de La
Española (Plagiodontia aedium). Ambos están considerados
como amenazados de extinción por la UICN. Se tratan de animales de
hábito nocturno, muy tímidos ante la presencia humana, por lo cual
se conoce muy poco sobre sus hábitos, distribución y estado de
conservación. Sin embargo, en la Reserva se encuentra la mayor
cantidad de sitios documentados para ambas especies en la isla,
constituyendo la principal zona para su conservación a largo plazo.
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Mapa general de la Reserva
(ver a mayor resolucion)
(ver otro mapa de la
Reserva con mas detalles) |
Cocodrilo americano (Crocodylus
acutus) en el lago Enriquillo cerca de La Descubierta.
Foto: Adenaurys Monstserrona
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Hoyo de
Pelempito, Sierra de Bahoruco
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Iguana rinoceronte (Cyclura
cornuta) en la isla Cabritos
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Rio cerca de Mencia, Sierra de
Bahoruco
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Manati (Trichechus
manatus) cerca de Cabo Rojo
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Paisaje en
isla Cabritos
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Hutia (Plagiodontia aedium.
Foto: Pedro G. Rodriguez
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Dunas en Cabo Mongo,
Parque Jaragua
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Tabebuia crispiflora,
endemica del P. Nac. Sierra de Bahoruco
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Tamarindo
cimarron (Arcoa gonavensis), genero endemico y
monotipico |
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